Experiencias con Luz y Sombras
Mi sombra me sigue,
mi sombra me atrapa,
mi sombra se encoge,
mi sombra se alarga,
me imita y se esfuma,
se dobla y se agranda
y baja cuando subo
y sube cuando bajo
y sin ningún trabajo
es dinosaurio o nube,
es gigante o enano
y está donde ya estuve.
Sombra que prolongas
la noche en el día,
ahí donde te pongas
eres mi otra y la misma,
sombra que asombras
bajo sombrero o sombrilla,
dime en silencio, hermana,
dime, ¿por qué no brillas?
Edgar Allan García
Mediante juegos y experimentos sencillos con objetos de uso cotidiano se puede despertar en los niños la curiosidad de observar y cuestionar cómo son y cómo funcionan algunos elementos y hechos que tienen lugar a su alrededor todos los días.
De esta forma se los podrá iniciar en el desarrollo de algunos procedimientos propios del método científico: observar, opinar, cuestionar, predecir, manipular, experimentar, comprobar, ratificar hipótesis, rechazarlas, llegar a conclusiones y consensuarlas con el grupo.
Se propondrá a los niños que observen las diferencias entre la luz y la oscuridad experimentando la luz interior y exterior.
Se formularán diversas preguntas con respecto al origen de las sombras para identificar conocimientos previos: ¿Cómo se formas las sombras?, ¿qué creen que las cause?, en el salón ¿hay sombras?, ¿cómo podemos hacerlas?, ¿en donde aparecen?, ¿por qué?, ¿por qué no tienen color?, etc.
Juegos de luces y sombras
Para jugar con las sombras se necesita una fuente de luz. Si está oscuro, una linterna, un farol o la luz de un velador es suficiente. De día, un rayo de sol que entra por la ventana y un espejito, pueden convertir a los chicos en buscadores de sorpresas.
Al aire libre, el sol es un perfecto proyector de sombras. Así que se pueden jugar carreras con la sombra para ver quién gana: ¿la sombra o el que corre?
Como las sombras se alargan o se achican según la hora del día, además de divertido, es un buen juego de investigación.
Para hacer sombras con las manos u objetos en movimiento, se necesita una luz, una pared o una sábana. Siempre hay que poner lo que queremos proyectar entre la luz y la pared o la tela.
Hay muchas cosas que podemos descubrir cuando jugamos con sombras. Por ejemplo, que si la luz está más lejos la sombra se agranda y que cuanto más cerca se proyecta, el tamaño es más real. Que si la luz viene de arriba las cosas aparecen achatadas y si viene de abajo las cosas pueden crecer hasta el techo.
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